Já da praxe, aqui segue mais um grande contributo do meu irmão Cecilio Andrade.
Seguridad, seguridad, seguridad…
"Es evidente que sin unos mínimos requisitos de seguridad cualquier trabajo puede pasar de ser un simple riesgo, hasta convertirse en una grave negligencia, paralela al delito, cuando no lo es en si misma.
Las normas de seguridad suelen dividirse generalmente en tres apartados, seguridad general, durante los entrenamientos y durante las operaciones. Aunque en principio esta división resulta correcta debemos tener en cuenta que teniendo una correcta base de instrucción, nuestras acciones siempre responderán al entorno en el que nos encontremos.
El principio ya comentado de “entrena como trabajas, trabaja como entrenas” debe formar parte íntima de nuestra filosofía y modo de operar con armas de fuego, sea durante su limpieza, portándolas, en el campo de tiro o en una acción de alto riesgo. Volvemos a algo que ya comentamos, si nuestro cuerpo y nuestra mente solo sabe actuar de una forma correcta, jamás podrá equivocarse por muy estresados o apurados que podamos encontrarnos. Pero hay que recordar, como también se ha comentado anteriormente, que esto no debe ser una excusa para el inmovilismo.
Cinco son las claves fundamentales de supervivencia, cinco principios que primordiales para nuestra seguridad. Estos cinco puntos son totalmente aplicables a todo trabajo que realicemos, sea el que sea. Como ya veremos es indiferente el estar en una galería de tiro o una acción de riesgo para tenerlos siempre presentes. Partiendo de estas claves de sentido común podremos aplicar de forma natural todo lo demás.
÷ Estar siempre alerta. Dice el proverbio “hombre prevenido vale por dos”. Si se pueden detectar los problemas por anticipado, casi siempre se podrán evitar.
÷ Confiar en los sentidos cuando éstos dicen que algo anda mal. El “sexto sentido” es algo real, y no algo esotérico, es simplemente que nuestro subconsciente, siempre alerta, detecta algo anómalo, erróneo, incorrecto, no sabemos lo que es pero algo no está bien. El negarlo no sirve de nada, confiemos en ese “sexto sentido” y busquemos lo que está mal.
÷ Adquirir anticipadamente los conocimientos, habilidades y equipo necesarios para garantizar una capacidad de reacción correcta es fundamental, como ya hemos visto.
÷ Planificar nuestras acciones, hacer un “plan de batalla”, general y adaptable, favorecerá la pronta reacción. Esto válido para todo lo que hagamos. “Fracasar en planificar es planificar el fracaso” dice una máxima, de nosotros depende.
÷ Actuar en el momento crítico, ser decidido. Tener la capacidad de hacer lo que se deba hacer en el momento necesario. Por lo que debemos tener “esa” capacidad bien asumida. “La acción incorrecta en momento exacto es mejor que la mejor acción un segundo más tarde”.
Aunque ya hemos visto que no es conveniente realizar compartimentaciones en la seguridad de nuestro trabajo, tengamos en cuenta algunos matices específicos que adaptaran instintivamente nuestro modo de actuación para que este se encuentre siempre dentro de los márgenes de seguridad exigibles.
Las normas de seguridad generales deben presidir cualquier acción relacionada con armas de fuego. Debemos tener en cuenta que legalmente hablamos de profesionales cuya titulación y calificación técnica los hace merecedores “de una destreza indiscutible en el uso de las armas”."
Seguridad, seguridad, seguridad…
"Es evidente que sin unos mínimos requisitos de seguridad cualquier trabajo puede pasar de ser un simple riesgo, hasta convertirse en una grave negligencia, paralela al delito, cuando no lo es en si misma.
Las normas de seguridad suelen dividirse generalmente en tres apartados, seguridad general, durante los entrenamientos y durante las operaciones. Aunque en principio esta división resulta correcta debemos tener en cuenta que teniendo una correcta base de instrucción, nuestras acciones siempre responderán al entorno en el que nos encontremos.
El principio ya comentado de “entrena como trabajas, trabaja como entrenas” debe formar parte íntima de nuestra filosofía y modo de operar con armas de fuego, sea durante su limpieza, portándolas, en el campo de tiro o en una acción de alto riesgo. Volvemos a algo que ya comentamos, si nuestro cuerpo y nuestra mente solo sabe actuar de una forma correcta, jamás podrá equivocarse por muy estresados o apurados que podamos encontrarnos. Pero hay que recordar, como también se ha comentado anteriormente, que esto no debe ser una excusa para el inmovilismo.
Cinco son las claves fundamentales de supervivencia, cinco principios que primordiales para nuestra seguridad. Estos cinco puntos son totalmente aplicables a todo trabajo que realicemos, sea el que sea. Como ya veremos es indiferente el estar en una galería de tiro o una acción de riesgo para tenerlos siempre presentes. Partiendo de estas claves de sentido común podremos aplicar de forma natural todo lo demás.
÷ Estar siempre alerta. Dice el proverbio “hombre prevenido vale por dos”. Si se pueden detectar los problemas por anticipado, casi siempre se podrán evitar.
÷ Confiar en los sentidos cuando éstos dicen que algo anda mal. El “sexto sentido” es algo real, y no algo esotérico, es simplemente que nuestro subconsciente, siempre alerta, detecta algo anómalo, erróneo, incorrecto, no sabemos lo que es pero algo no está bien. El negarlo no sirve de nada, confiemos en ese “sexto sentido” y busquemos lo que está mal.
÷ Adquirir anticipadamente los conocimientos, habilidades y equipo necesarios para garantizar una capacidad de reacción correcta es fundamental, como ya hemos visto.
÷ Planificar nuestras acciones, hacer un “plan de batalla”, general y adaptable, favorecerá la pronta reacción. Esto válido para todo lo que hagamos. “Fracasar en planificar es planificar el fracaso” dice una máxima, de nosotros depende.
÷ Actuar en el momento crítico, ser decidido. Tener la capacidad de hacer lo que se deba hacer en el momento necesario. Por lo que debemos tener “esa” capacidad bien asumida. “La acción incorrecta en momento exacto es mejor que la mejor acción un segundo más tarde”.
Aunque ya hemos visto que no es conveniente realizar compartimentaciones en la seguridad de nuestro trabajo, tengamos en cuenta algunos matices específicos que adaptaran instintivamente nuestro modo de actuación para que este se encuentre siempre dentro de los márgenes de seguridad exigibles.
Las normas de seguridad generales deben presidir cualquier acción relacionada con armas de fuego. Debemos tener en cuenta que legalmente hablamos de profesionales cuya titulación y calificación técnica los hace merecedores “de una destreza indiscutible en el uso de las armas”."
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